miércoles, 29 de julio de 2009

Nuevo Método de Datación Arqueológica Para Objetos de Cerámica

Un equipo de científicos ha desarrollado una nueva forma de datar objetos arqueológicos valiéndose del fuego y el agua para acceder a sus "relojes internos". Este método simple promete ser una técnica de datación tan importante para objetos de cerámica como lo es la datación por radiocarbono para materiales orgánicos como el hueso o la madera.


La nueva técnica, descubierta por expertos de la Universidad de Manchester y de la Universidad de Edimburgo, puede ser utilizada en arcilla horneada, así como en ladrillos, baldosas y objetos de alfarería.Trabajando con el Museo de Londres, el equipo fue capaz de datar muestras de ladrillos de los periodos Romano, Medieval y Moderno con notable precisión.Los investigadores han establecido que su técnica puede ser utilizada para determinar la edad de objetos de hasta 2.000 años, pero consideran que tiene el potencial para fechar objetos con cerca de 10.000 años de antigüedad.

El método se basa en el hecho de que un material cerámico de arcilla horneada comienza a reaccionar químicamente con la humedad atmosférica tan pronto como se le saca del horno. Este proceso químico continúa durante toda su vida causando que gane peso: Cuanto más antiguo sea el material, más peso habrá ganado.En el año 2003, el equipo de las universidades de Manchester y Edimburgo descubrió una nueva ley que define de forma precisa cómo varía con el tiempo la velocidad de la reacción entre la cerámica y el agua.La aplicación de esta ley es la base del nuevo método de datación, debido a que la cantidad de agua que se combina químicamente con la cerámica proporciona un "reloj interno" al cual se puede acceder para averiguar su edad.El uso de la técnica implica medir la masa de una muestra de la cerámica y luego calentarla hasta cerca de 500 grados centígrados en un horno, lo cual elimina el agua.La muestra es luego examinada con un dispositivo de medición de muy alta precisión conocido como microbalanza, para determinar la velocidad exacta a la que la cerámica se combina con el agua según transcurre el tiempo.Valiéndose de este mismo factor tiempo, es posible extrapolar la información obtenida para calcular el tiempo que el material tardará en recuperar la masa perdida por el calentamiento, revelándose así la edad de la muestra.La autora principal de esta investigación es Moira Wilson.

miércoles, 15 de julio de 2009

Nuevos Hallazgos Sobre los Factores Genéticos de la Presión Sanguínea

Un equipo internacional de investigadores ha identificado una serie de variantes genéticas insospechadas asociadas con la presión sanguínea sistólica, la presión sanguínea diastólica, y la hipertensión. El hallazgo sugiere nuevos caminos de investigación potenciales para la prevención o tratamiento de la hipertensión.



La presión sanguínea se expresa con dos números. La presión sistólica es la presión cuando el corazón late para bombear sangre. La presión diastólica es la presión en las grandes arterias entre latidos.La investigación fue financiada parcialmente por el Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre, uno de los Institutos de Salud Nacionales, en Estados Unidos. El equipo internacional de investigadores incluyó a Cornelia M. van Duijn del Centro Médico Erasmus, en Rotterdam, Países Bajos; Aravinda Chakravarti, de la Universidad Johns Hopkins; Bruce Psaty, de la Universidad de Washington; y Vilmundur Gudnason, de la Asociación Cardíaca Islandesa en Kopayogur, Islandia.

El análisis se hizo a partir de datos referentes a 29.000 personas.La hipertensión es un problema de salud con una notable incidencia en la población mundial. Sólo en Estados Unidos, cerca de 1 entre cada 3 adultos (aproximadamente 72 millones de personas) tiene presión sanguínea alta. La hipertensión puede conducir a enfermedades coronarias, fallo cardíaco, derrame cerebral, insuficiencia renal, y otros problemas de salud, y causa cerca de 7 millones de muertes en todo el mundo cada año.La presión sanguínea tiene un componente genético sustancial. Sin embargo, los intentos previos de identificar los genes asociados con la presión sanguínea sólo han obtenido un éxito parcial.Los investigadores identificaron una serie de variantes genéticas, o polimorfismos de un único nucleótido (SNPs por sus siglas en inglés) asociados con la presión sanguínea sistólica, la diastólica y la hipertensión. Ellos también identificaron 11 genes que muestran asociaciones significativas en el genoma: Cuatro con la presión sanguínea sistólica, seis con la diastólica y uno con la hipertensión.